¡¡¡A saltarrrr!!!

Pero, ¿qué es esto? Pues, una salteña 🙂

Brevemente: se trata de una masa rellena de un guiso rico, típica de Bolivia. Corríjanme si me equivoco.

Suele contener carne de pollo, vaca o cerdo, con pimientos, patata o papa, aceitunas verdes y un poco del propio caldo de guisar todo lo anterior. No me digan que no se les hace la boca agua a estas horas…

La manera menos torpe de comer una salteña es ponerla en vertical y morder la puntita, para que no se desparrame el caldo. En caliente siempre mejor que en frío.

El por qué de que se les llame así lo encontrarán Uds. en el artículo a la Wikipedia que enlazo arriba. Curiosa historia 😉

Saludos con el estómago saltarín.

Créditos: imagen original en https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Salte%C3%B1as_(Plaza_Mayor)-2011-01.JPG

Lunes musical: bachata desde la playa.

A mal tiempo, buena cara. Este mes lluvioso de noviembre solamente se puede alegrar poniendo un poco de música, venida directamente desde lo más profundo del Caribe…

Una bachata con pasión, para olvidar el frío y bailar rico.

Saludos con la piña colada en la mano 😛

Créditos: canal de Youtube Dama Oficial.

A quien madruga, Dios le ayuda… o no

Suelen decir que, «a quien madruga, Dios le ayuda». Refrán muy español, que nuestro filósofo preferido, Confundio (amigo del gran maestro Confucio), ya conocía hace cientos de años.

A ninguno de ellos le gustaba madrugar y tenemos constancia de que ambos sabios se saltaban además las aburridas clases de «Informática Básica I» y «Dios en la música» para tomar licor de flores en la cafetería de la facultad. Allí reflexionaban sobre la vida cotidiana, quiénes eran ellos, la existencia de Dios, las ayudas del gobierno, y todo lo que fuera debatible.

Significado y reflexión

La gente que madruga por gusto es común que diga: «a quien madruga, Dios le ayuda». Y se quedan tan panchos.

Este pensamiento nos debe hacer reflexionar sobre la mala (o buena) costumbre moderna de madrugar y, concretamente, sobre el tan manido dicho de «A quien madruga, Dios le ayuda».

¿Necesalio sel? —que diría nuestro querido sabio Confundio (recordemos que a él no le gustaba madrugar).

¿No sería mejor apagar todas las alarmas y dejar que el cuerpo despierte tras haber descansado lo suficiente?

Y, el argumento definitivo: los animales no usan despertador. Tampoco piden ayuda a Dios. Se las arreglan por sí solos.

¿Qué opináis al respecto? ¿Sois animales nocturnos o madrugadores sin remedio?

Extensiones al dicho

Para aquellos que seáis muy curiosos, os damos ejemplos adicionales y algunas variantes del refrán original:

  • A quien madruga, Dios le ayuda, si se levanta con buen pie.
  • A quien madruga, Dios le ayuda, si se levanta con buen fin.
  • A quien madruga, Dios le ayudaUno que madrugó un duró se encontró; pero más madrugó el que lo perdió.
  • A quien madruga, Dios le ayudaUn costal encontró el que madrugó; pero más madrugó el que lo perdió.
  • Más hace el que Dios ayuda que el que mucho madruga.
  • Más vale a quien Dios ayuda que quien mucho madruga.

Saludos comiendo hormiga que no madruga en árbol.

Créditos

Refranero del Centro Virtual Cervantes: A quien madruga, Dios le ayuda.