Ya se acaba este año 2020. Creo que estamos todos esperando a que suene el timbre del final, como niños de primaria un viernes de verano…
Hoy viajamos en el espacio-tiempo sideral. ¿Qué? Sí, os lo podemos explicar.
La oficina
En la redacción de putolunes hemos pasado un mal año. No nos ha quedado más remedio que hacer piña (no, no he dicho pizza de piña) para buscar una solución. Nuestro amado gerente nos convocó a principios de mes a una reunión urgente y obligatoria. Orden del día: brownstorming para reflotar el proyecto.
Tras 2 horas de juntamiento empresarial (improperios por doquier, acusaciones cruzadas, algún grito que otro, cerebros secos y sobacos húmedos) el gerente dio un golpe en la mesa a puño cerrado que ni Chuck Norris en sus mejores tiempos.
– Si no hay talento dentro de la empresa (le faltó llamarnos monos de cola no prensil), habrá que buscarlo fuera. Contrataremos un consultor externo.
– ¡Son carísimos! -farfulló el responsable de finanzas, dejando escapar involuntariamente un caramelo de limón envuelto en baba.
Cara lánguida de nuestro gerente.
Tímidamente, un diseñador junior sacó del bolsillo un papelito doblado por la mitad.
– Me lo han dado hoy. Lo iba a tirar -dijo, poniéndose como los semáforos un día con prisa.
– «Mantener puesto de trabajo, atraer clientes.» ¡Justo lo que quiero! A problemas desesperados, soluciones desesperadas. ¡Pérez, por Tutatis, llame al profesor!
Y Pérez sacó su móvil y llamó. Activó el modo manos libres y todos escuchamos…
…
… el mensaje del contestador automático del profesor Diba: El maestro Diba tiene la agenda ocupada hasta el 15 de febrero de 2021. Para consultas indemorables contacten con mi estimada prima, Madame Tanishia. Paz y amor.
Fin de la llamada.
La Madame
Al día siguiente, sin perder ni un solo minuto laboral, Amaia, nuestra elegante CM, y yo mismo (estábamos en primera fila y el marrón nos impactó de lleno en la frente), acudimos raudos y veloces a la calle donde se ubica la oficina de la prima del profesor.
Llegando al número indicado (portal 6), vemos que nos espera una mujer mulata, pelo ensortijado negro azabache, ataviada con una túnica oscura con capucha, la cual ciñe por encima de la cadera mediante un cintur… emmm… (horror) ¡una serpiente viva!
– Madame Tanishia: No tengan miedo, es mi mascota, Venenitos. Los cinturones hechos con piel de animal asesinado no son lo mío. Esas chaquetas que visten ¿no serán de cuero, verdad? (nos mira fijamente con los ojos muy abiertos)
– Yo: No, no, descuide, son del Carreful. Llevamos con el sueldo congelado varios años…
– MT: Está bueno, acompáñenme (responde con un acento extraño).
Ascendemos incontables tramos de escaleras tras ella y llegamos al último piso frente a una puerta con el número 6. Abre las dos cerraduras y entra.
– Y: Amaia, no siento las piernas…
– A: Ni yo, un peldaño más y me pido la baja…
– MT: ¡No se me quejen y apúrense, el tiempo vuela!
Nos encontramos en un típico trastero para almacenar enseres: de unos 7 m2, paredes de bloque de hormigón, puerta tipo ROPER y una pequeña rendija metálica que quizá sirva para escape de humos.
– MT: Perdónenme. Antes recibía a los clientes en el puro centro, en mis dependencias de la torre Picasso -nos cuenta con amargura- pero la crisis me obligó a apretarme el cinturón (Venenitos nos mira triste mientras asiente con su cabecita).
– Y: No se preocupe, Madam… ehhh…
– MT: Tanishia, Madame Tanishia. Significa nacida un lunes. Mis padres no se pusieron de acuerdo y, al final, tiraron por la calle de en medio. Díganme ¿qué les trae por aquí?
Amaia y yo le resumimos nuestro drama corporativo sin extendernos en exceso, puesto que no nos encantaba la idea de estar en ese lugar.
– MT: Bien, me ha quedado claro. Demos comienzo a la sesión. Serán 50€ y durará exactamente 15 minutos.
(sí, a ambos se nos pasó por la cabeza cambiar de profesión)
La sesión
La mujer coge una especie de huevo, lo gira, y empieza a sonar un tic-tac (es uno de esos para medir el tiempo en la cocina). Acto seguido, abre una bolsita que contiene unas hierbas.
– A: ¿Para entrar en trance?
– MT: Nada que ver, es menta poleo, para hacerme una infusión. En estos trasteros hay mucha humedad y se agradece algo calentito. ¿Quieren? Está incluido en el precio.
– Ambos: No, gracias.
– MT: Prepárense, utilizaré un dispositivo intercomunicador para conectar con el más allá.
Estira su brazo y recoge algo de una estantería bastante polvorienta.
– MT: ¡Silencio! (pulsa con dificultad el botón del PLAY, ya que lleva las uñas más largas que Rosalía)
Empieza a sonar… (dadle vosotros también)
– MT: ¡Perdón! ¡No he sacado la cinta! Es de mis antiguas clases de body-pump.
– A: ¿También da clases?
– MT: Recibía, de joven. Ahora practico Krav Maga, más letal. Por si tengo problemas con el cobro.
– Ambos: (sudor frío) ¡Nos queda claro!
– MT: Comencemos de nuevo si están listos. Cállense, por favor. (Extrae la cinta TDK de 90′ y le vuelve a dar al PLAY.)
Sintonizando…
– MT: On attends la frequence… (nos susurra)
Solamente se escucha el motor del walkman y sus dos rotores se encuentran girando. No se oye nada más.
– Y: ¿Va a tardar?
– MT: ¡¡¡Shhhh!!! Los espíritus no se deben estresar… podría ser peligroso. La presencia adecuada vendrá a su debido momento…
– Y: (en voz baja) Amaia, creo que se le están agotando las pilas.
– A: (igualmente, en voz baja) Yo también. ¿No tendrá que enchufarlo?
– MT: ¡¡¡Que les estoy oyendo!!! ¡No me sean impacientes! ¡¡¡Shhhh!!! Estoy notando una frecuencia…
– Ambos: No oímos nada.
– MT: ¡Tomen! ¡Conéctense!
Nos da una bolsita de ALSA con unos auriculares de plástico dentro. Mi compi y yo juntamos las cabezas y tomamos cada uno un auricular quedando en una posición vertebralmente obtusa.
– A: ¿Has oído?
– Y: No, nada.
– A: ¿Nada?
– Y: No, mi auricular debe estar estropeado.
– MT: ¡¡¡Putain!!! ¡Estos auriculares de regalo siempre fallan!
Mi compañera sigue concentrada y parece que escucha algo más.
¡¡¡RIIIINNNNGGGGG!!! Súbitamente, dándonos un susto de muerte, el huevo timbra fuertemente y su sonido retumba por el diminuto trastero. Madame Tanishia pulsa implacable el botón de STOP del intercomunicador.
– MT: Acabó su tiempo, señores.
– Y: ¿Has entendido algo?
– A: Sí, he anotado alguna palabra.
– MT: Me alegro de haberles servido de ayuda. ¡No se olviden la factura! El lunes pasado me interrumpió la sesión el alma de José del Campillo [3] y me preguntó por las declaraciones del IRPF de los últimos 4 años…
– Y: ¡Ah! Sí, sí, claro, por favor. La necesitaremos para la hoja de gastos.
Pagamos y salimos dejando cerrada la puerta, de la que cuelga una máscara azul altamente inquietante (ver foto de portada).
Las anotaciones
Escritas a la carrera, Amaia había pintado cosas sueltas en un pañuelo de papel.
– A: Perdona, es lo que tenía a mano. Además, se oía muy mal, como en un túnel. La voz hablaba en latín antiguo.
– Y: Tranqui. A ver ¿qué tienes puesto?
– A: Mira, por fin me han servido para algo las clases de 1º de carrera -me comenta entre risas.
Lucius Annaeus · cogitare · bonum · male fieri · estoicorum
Con esas palabras enigmáticas, nos fuimos a la biblioteca (tenemos una enorme al lado, siempre sin usuarios). No queríamos volver y presentarnos ante nuestro jefe con 50 lereles menos y palabras raras salpicadas de moco verde.
Ya entre libros, sección de filosofía, cogimos el volumen más gordo que había, uno titulado: Filosofía clásica de la A a la Z. Lo que te preguntas hoy ya se lo preguntó (y respondió) alguien hace 2000 años.
Yendo a la «L» encontramos, efectivamente, la entrada relativa al espíritu que nos contactó en la sesión. Un tal Lucius Annaeus…
Reflexión y retrospectiva
Séneca (Lucius Annaeus Seneca) fue un célebre estoico del stóa nuevo. Parece ser que, ya en su tiempo, recomendaba escribir cada día y pensar sobre lo que había sucedido durante la jornada. [1] Lo realizaba a modo de retrospectiva y para crecer como persona.
Vídeo explicativo:
Aprendida esta lección de los antiguos sabios, de un modo análogo, podemos hacer este ejercicio para el año 2020 que dejamos atrás.
¿Qué hemos hecho mal?
¿Hemos gastado mucho? ¿Nos hemos enfadado innecesariamente? ¿Hemos dado importancia a cosas que no la tenían? ¿Hemos sonreído poco? ¿No hemos hecho deporte?
¿Qué hemos hecho bien?
¿Hemos dado gracias por lo que tenemos? ¿Hemos ayudado a otros? ¿Hemos estado ahí para nuestros seres queridos? ¿Hemos intentado dar lo mejor de nosotros mismos en cada momento laboral y vital? ¿Hemos aprendido a hacer algo nuevo?
¿Qué podríamos haber hecho de otra manera?
¿Hemos contestado secamente a personas que no se merecían esa respuesta? ¿Hemos invertido euros en empresas bajistas porque salían (publicitadas) en la prensa? ¿Hemos comido cosas ricas pero poco saludables?
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Nosotros haremos esta retrospectiva en la oficina. Cerraremos las ventanas para que nadie salte. Hacedlo vosotros también en vuestras casas.
El chiste anti-lunes
Chiste navideño:
– Una mujer a su marido: ¡Pepe! ¿Te has vuelto loco o qué? ¿Se puede saber por qué has tirado el ordenador al agua?
+ Me apetecía mirar cómo beben los PCs en el río…
Feliz fin de año
Tanto el equipo de putolunes como nuestras familias os deseamos un buen final de año y mucha energía para el que viene. ¡¡¡Un abrazo!!!
Tened cuidado con el lunes.
Créditos:
Máscara de portada: Tlingit. Mask, 19th century. Wood, pigment, leather, 9 3/4 x 6 3/4 x 5 1/2 in. (24.8 x 17.1 x 14 cm). Brooklyn Museum, By exchange, 05.589.7799. Creative Commons-BY (Photo: Brooklyn Museum, 05.589.7799_front_SL1.jpg)
Imagen-dibujo de Séneca recogida de Wikipedia. Autor.
Referencias:
[1] La filosofía milenaria que te ayuda a vivir hoy (minuto 29). El País. https://aprendemosjuntos.elpais.com/especial/la-filosofia-milenaria-que-te-ayuda-a-vivir-hoy-massimo-pigliucci/
[2] Massimo Pigliucci. COMO SER UN ESTOICO: UTILIZAR LA FILOSOFIA ANTIGUA PARA VIVIR UNA VIDA MODERNA. https://www.casadellibro.com/libro-como-ser-un-estoico-utilizar-la-filosofia-antigua-para-vivir-una-vida-moderna/9788434427327/6183673
[3] Ministros de Economía y de Hacienda de España. Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Ministros_de_Econom%C3%ADa_y_de_Hacienda_de_Espa%C3%B1a