Lonchafinismo extremo (FIRE)

Lo estabais pidiendo… hoy, os traemos un novísimo episodio del juego de la rata. En él, nos adentraremos en el lonchafinismo y el ahorro llevados al extremo.

Lonchafinismo y lonchafinistas

Definición loca: dícese del estilo de vida frugal en el que cortamos las lonchas de mortadela del grosor de una hoja de Biblia. Ilusoriamente, creeremos que comemos más por menos dinero.

Si la comparación os ha parecido irreverente, otro día os cuento la historia del compañero de clase que liaba cigarritos de reír con los Hechos de los Apóstoles.

Ahorrar de manera radical no lleva a ningún lado… que debemos cuidar el dinero y los gastos, sí, pero siendo financieramente sensatos.

¡A jugar!

Sin más preámbulos, pinchad en la imagen para jugar al episodio IV que versa sobre el lonchafinismo y el ahorro:

PUTO LUNES Escape room - episodio IV

Chiste anti-lunes

Va uno largo…

Una persona que está en el cielo le pregunta a San Pedro:

—San Pedro, majo ¿qué hay hoy de cenar?

—Hoy tenemos una loncha de jamón de York del Metadona y un yogur sabor arándanos del Lidel.

—Pero cómo va a ser eso -dice el tío- si noto por aquí un olorcito muy rico…

—Pues aquí no es -replica tajante San Pedro- será en el infierno o en el purgatorio, porque hoy de cenar hay una loncha de jamón y un yogur.

Confundido el hombre, baja al infierno y ve que han montado una barbacoa atroz; se pasa también por el purgatorio y observa que están tomando unas Poll-Damm mientras preparan una paella (sin chorizo).

Enfurecido, corre de vuelta para el cielo y le dice a San Pedro:

—San Pedro, colega: en el infierno, una barbacoa; en el purgatorio, una paella que no veas; y aquí, en el cielo, una mierda de loncha de jamón de York y un yogur, anda tío, enróllate, haz una cena en condiciones…

—¡Que no!

—¡Venga ya, hombre!

—¡Que no! ¡¡¡que para cuatro gatos que somos no me pongo a guisar!!!

feliz lunes

Desde las oficinas centrales de putolunes, os deseamos una vida sin excesos, moderando los gastos, pero sin llegar al lonchafinismo extremo sinsentido.

Tened cuidado con el lunes y con el dinero.

En qué invertir el dinero (FIRE)

Hoy toca invertir. O, al menos, hablar de ello…

Mirad, de vez en cuando charlamos con algún amigo de la redacción y nos cuenta que tiene un dinerillo ahorrado. Que lo tiene ahí en el banco de toda la vida, para cuando lo necesite.

Pues lo sentimos, pero tenemos malas noticias para todos aquellos que tengáis un dinero ahorrado en la cuenta corriente del banco (o bajo el colchón, peor aún).

La inflación

Cuando lo necesitéis, ese dinerín valdrá menos. ¿Cómo me dice Ud? Sí, menos, lo contrario de más. Seguiréis teniendo los mismos -por poner un ejemplo- 22805€, pero podréis adquirir menos cosas con ellos.

He aquí el problema: echad ojo a la definición de inflación y otras cuestiones muy básicas. Tenéis otro artículo con más detalle, del Banco Central Europeo, aquí mismo.

(momento de compungimiento y desorientación tras ver los enlaces)

Vale, captado. ¿De qué va eso de invertir?

No os pondremos una definición estricta, pero se trata de sacar un rendimiento a nuestro dinero. Vamos a ver cómo.

Opciones de inversión

En estos días, las alternativas de inversión que más adeptos tienen son las siguientes:

Inmuebles

Comprar inmuebles para luego alquilarlos o venderlos ha sido la forma favorita de los españoles de ganar unas pesetas (euros ahora). Cada estrategia en particular, ya sea vender para luego comprar, o comprar para alquilar, tiene sus propias ventajas e inconvenientes. También dependerá de si adquirimos chalets, pisos, garajes, trasteros, etc.

En general, tendremos en cuenta los siguientes puntos:

pros

– Rentabilidad por alquiler media variable (podría ser de un 4-6%) según el tipo de activo (pisos, lonjas, garajes).

– En caso de alquilar, la renta que cobramos suele ser de una periodicidad cómoda (mensual).

– Comprar ladrillo exige conocimientos, pero es asequible (no digo fácil) aprender lo necesario para meterse en el negocio.

– Tener algo físico, tangible, puede dar tranquilidad mental. Y en caso de necesidad extrema te puedes meter dentro del bien inmueble o utilizarle.

contras

– Se necesita un capital mínimo importante (salvo que pidas hipotecas o similares).

– Gastos de gestión (notarios, Hacienda) y papeleo.

– Poquísima liquidez.

– Gastos de mantenimiento.

– Gastos extraordinarios (averías, derramas).

– Impagos.

– Llega a ser demandante en tiempo, ya que hay que atender a inquilinos, ir a reuniones de propietarios, etc.

Ya lo vimos con más detalle en otro post, aquí en putolunes.

Bolsa

La frase «invertir en Bolsa» tiene mucha miga. Podemos seguir una estrategia basada en una cartera permanente, obtener rentas por dividendos (DGI), comprar y vender para incrementar patrimonio… ya nos meteremos en harina en próximos posts.

Vídeo muy entretenido sobre papelitos.

Por de pronto, vamos someramente con los pros y contras:

pros

– Rentabilidad media anual interesante (entre un 0-7% dependiendo mucho de en qué invirtamos) a cambio de un riesgo asumible. Ojo cuidao, que pongo un 7% (con un fondo indexado mundial de renta variable) pero puntualmente se puede conseguir más. También, igual de puntualmente, se puede conseguir menos (ya hablaremos del peliagudo tema de los rendimientos en Bolsa en otro momento, no me increpéis, por favor).

– El capital mínimo para empezar a invertir puede ser pequeño y asumible para personas que ahorran poco cada mes.

– Liquidez muy alta. En cuestión de días (fondos) o un par de clics de ratón (acciones y ETFs) podemos tener de vuelta nuestro dinero.

– Si optamos por invertir mediante productos indexados, salvo el tiempo inicial dedicado a decidir el vehículo (fondo), nos quitará muy poca vida.

contras

– Las rentas o plusvalías obtenidas tienen una periodicidad anual, semestral y/o trimestral. Es decir, no las conseguimos cada mes como en el caso del alquiler de pisos. Como se supone que sabemos administrarnos, no debería ser un problema.

– Exige cierto nivel de conocimientos. Saber en qué empresas, fondos o ETFs metemos los chines y cómo operan los mercados no se aprende en dos días.

– Hay que estar atento a las comisiones (del bróker, fondo o mercado) ya que determinan la rentabilidad final obtenida.

– Requiere, además, un control de las emociones propias para ajustarnos al plan que hayamos definido sin dejarnos llevar por el pánico o la euforia (importantísimo).

– A veces, se puede llegar a tener una sensación de poco control al ver lo que hacen los mercados.

Préstamos

El crowdlending (lo que viene a ser prestarse pasta entre un porrón de personas, pero puesto en inglis, que mola más) es algo más reciente, y se basa en dejar nuestro capital a través de plataformas online a entidades que conceden préstamos a terceros.

Lo ponemos como opción, aunque, a nuestro parecer, es algo para los amantes del peligro.

Inversores de crowdlending un jueves por la mañana.

pros

– Rentabilidades de locura (dicen que se saca un 10%) a cambio de un riesgo elevado.

– El capital inicial mínimo requerido es bajo.

contras

– Requiere conocimientos sobre finanzas y muy específicamente sobre préstamos.

– Rentas y liquidez: dependiendo del tipo de préstamo, los intereses se abonan en pocos días o en meses (o nunca). El dinero estará «retenido» durante el tiempo que dure ese préstamo en cuestión.

– Impagos (incumplimiento del prestatario).

– Bancarrota de las entidades emisoras del préstamo (originadores, que los llaman en alguna plataforma). En caso de optar por la archiconocida Mintos, éste es el riesgo más claro.

Oro parece, plátano es. O, dicho de otro modo, hay plataformas que son un timo. Como, por ejemplo: Envestio y Kuetzal. Artículo de sobre ellas dos.

– Por si todo esto fuera poco, algunas plataformas no están reguladas por la CNMV y no estamos cubiertos por el FOGAIN ni por el FGD. Veremos si esto cambia en el futuro.

Otras

Sí, hay otras opciones. Pero el que suscribe no tiene el conocimiento necesario de ellas ni la experiencia como para ponerlas aquí. Y no, ir al casino no es una opción.

¡Poned otras opciones que conozcáis en los comentarios!

¿Qué hacer?

Ay, omá… Entonces ¿qué hacemos?

Depende.

a) Nada y que nuestros ahorros queden del tamaño de un coronavirus de tipo 2.

b) Formarnos e invertir en alguna de las opciones anteriores (la que más se ajuste a nuestras características y situación).

c) Formarnos e invertir en otra opción alternativa (cuéntanos cuál en los comentarios o vía Twitter).

d) Plan mixto: formarnos a conciencia e invertir un poco en todo (cuéntanos también cómo de poco o de mucho y en qué porcentaje).

* Nótese el palabro formarnos que se repite para las 3 últimas opciones.

Chiste anti-lunes

Por fin, lo que estabais esperando:

– ¿Cuánto cuesta ese oso de peluche?

+ 20€

– Vale, tome.

+ Un momento ¡el billete que me ha dado es falso!

– ¡Ah! ¿Y el oso no?

feliz lunes

Tened cuidado con el lunes y con los bancos.

Créditos: foto de portada de GregMontani en needpix.com.

Vivir con un colchón

En la vida, hay que tener un colchón. O, mejor dicho, DOS. Y por motivos bien distintos:

  • Para descansar el cuerpo (físicamente hablando, un colchón normal).
  • Y para descansar el bolsillo (si hablamos de finanzas, el llamado colchón financiero).

En cuanto a la primera razón, pues nada: te vas una tarde de tiendas, a poder ser un lunes, te vas tumbando por todos los colchones que estén disponibles, y eliges según la comodidad y el ratio calidad/precio.

Si eres de los que estudia todos los puntos y mira los pros/contras de cada modelo, te dejo una guía para tu próxima compra de colchón: guía elegir colchón.

Respecto al segundo punto…

Qué es un colchón financiero

Imagínate que un santo lunes mandas a tu jefe al lugar por donde amargan los pepinos. ¿Te gustaría, verdad?

Antes de hacerlo, si no tienes ingresos, deberías tener un colchón financiero. Una cantidad de dinero ahorrado que sea suficiente para pasar una temporada sin preocupaciones económicas.

Cuánto debo ahorrar

Los gurús de las finanzas domésticas sugieren que, al menos, deberías tener ahorrado para posibles emergencias o gastos extraordinarios lo siguiente: tus gastos mensuales x 12 (1 año). Es decir, si gastas 1200 euros al mes, deberías de tener como colchón financiero o fondo de emergencia unos 14400 euros en total.

Saludos tumbado en el colchón y arropado con un patchwork hecho de billetes de 500 euros.

Créditos: imagen original con licencia CC en https://www.pexels.com/photo/white-and-black-mattress-fronting-the-mountain-775219/