Flores y cerezos en Japón.

Si habías pensado en ir a disfrutar de los cerezos en flor (en Japón) esta primavera, seguramente, no hayas podido.

Se trata de una tradición muy nipona eso de ver las rosáceas florecillas de los cerezos, incluso les gusta estar de picnic (con amigos o familia) a la sombra de los mismos.

Normalmente, tiene lugar entre los meses de marzo y abril, pero depende de las temperaturas. Un compañero del que suscribe ha visto un cerezo en flor aquí en España en… ¡febrero! ¿Cómo es eso? Pues, fácil explicación: porque estaba al lado de una salida de aire de metro, y le daba todo el airecillo caliente… jajajaja

Si te has quedado con ganas de ir, te ponemos un video aquí:

Japón 2020 – sakuras

Parece ser que, algunas de las variedades que se utilizan de manera ornamental, luego no producen frutos… pues vaya. En la redacción de putolunes.es nos gustan mucho las cerezas, ¡qué ricas!

Hablando de cerezas… chiste va:

– ¿Qué le dice una cereza a un espejo?

– ¿Zeré eza?

Bueno, ya estáis planificando para el próximo año una escapada al país del sol naciente…

Saludos y disfrutad de un lunes en rosa.

Créditos: video de Japan BackpackersXpress. Foto original de Kat Jayne en Pexels.

Viaje en Yak.

No, no vamos a montarnos en los pobres animalitos… ¡con lo monos que son! Bueno, no son monos, son Yaks 😛

Hablando de estos bichos más técnicamente, podríamos diferenciar el Yak salvaje (Bos mutus) del Yak domesticado (Bos grunniens). Les podemos encontrar en la región del Himalaya, meseta tibetana, norte de Myanmar, Yunnan y Sichuan en China y -hasta zonas más al norte- como Siberia y Mongolia.

Por si os suena raro, decir que la palabra Yak viene del tibetano, de «gyag» o algo así, que -en su idioma original- designa únicamente al macho de esta especie.

Son bichos corpulentos, de patas robustas, y con un pelaje largo que les cuelga bajo la panza. Ideales para poner encima de las piernas en plan mantita en los meses de invierno. ¡No me digáis que no!

Para los finolis, añadir que son animales de no huelen nada, a diferencia de otros bovinos o perros cuyos dueños no les lavan. Otra curiosidad, además, es que los Yaks no hacen «mú», al contrario que sus primas las vacas. Sí que resoplan, pero nada de mugidos ruidosos.

Pues nada, como veis, un animalito la mar de majo para tener como amigo. Os invito a que os deis una vuelta por YouTube y los veáis en acción.

Tierno Yak en el Tibet.

Muuuchos saludos de lunes.

Créditos: foto original (licencia CC0) en https://www.pxfuel.com/es/free-photo-qfajt.