En abril, aguas mil

Querido fan de los lunes, si te encuentras leyendo esto y el calendario muestra la hoja del mes de abril, te estarás hartando de escuchar la expresión o dicho «en abril, aguas mil».

Significado

El refrán «en abril, aguas mil» significa que abril (en España) es un mes con abundantes lluvias. Se usa también durante la primavera para indicar esta misma circunstancia líquida.

Origen

Cuenta la historia que hace más de dos mil años, un sabio chino, que se encontraba de viaje en tierras ibéricas, iba caminando por un sendero un poco estropeado por el tiempo…

Súbitamente se acercó por detrás de él un carromato de SEUR cargado hasta arriba de garrafas de 5 litros y botellas de litro de agua mineral, adelantándolo por su lado. La mala suerte quiso que, justo en ese tramo del camino, hubiera montones de agujeros y baches (y como había llovido, algunos estaban llenos de agua).

El vehículo pasó por encima de un profundo charco de aguas sucias y le mojó enterito. A la vez, por si fuera poco, una botella de agua con sabor a melocotón que estaba mal sujeta, cayó del carro y le golpeó en la cabeza.

2 segundos, más tarde, empezó a caer una lluvia torrencial.

—En ablil (abril traducido del chino), aguas mil —dijo con resignación nuestro amigo oriental.

Un paisano del lugar vió lo todo lo sucedido y desde entonces este proverbio chino pasó a incorporarse a la cultura y refranero españoles.

Variaciones del refrán

En la web del Instituto Cervantes, que vela por el idioma español, aparecen expresiones adicionales:

  • Bien venga abril, con sus aguas mil.
  • En abril, aguas mil, todas caben en un barril (de origen cubano).
  • Abril, aguas mil, cernidas por un mandil.
  • Abril, aguas mil, si no al principio, al medio o al fin.
  • En abril, aguas mil, a la entrada y al salir, y al medio por no mentir (fuente oral).
  • En abril, aguas mil, y en mayo, tres o cuatro, y estás con recaudo.
  • En abril, aguas mil, y en mayo, hasta que rompa el sayo (en Colombia).

feliz lunes

Desde la oficina de PUTOLUNES, y con el paraguas en la mano, os deseamos un buen comienzo del mes de abril —aunque pronostiquen lluvia.

A quien madruga, Dios le ayuda… (o no)

Suelen decir que, «a quien madruga, Dios le ayuda». Frase del refranero español, que nuestro filósofo preferido, Confundio (amigo del gran maestro Confucio), ya conocía en su China natal hace cientos de años.

A ninguno de ellos le gustaba madrugar y tenemos constancia de que ambos sabios se saltaban además las aburridas clases de «Informática Básica I» y «Dios en la música» para tomar licor de flores en la cafetería de la facultad. Allí reflexionaban sobre la vida cotidiana, quiénes eran ellos, la existencia de Dios, las ayudas del gobierno, y todo lo que fuera debatible.

Significado de la expresión

La gente que madruga por gusto es común que diga la siguiente expresión (convertida en refrán): «a quien madruga, Dios le ayuda». La sueltan y se quedan tan panchos, oye.

Este pensamiento nos debe hacer reflexionar sobre la mala (o buena) costumbre moderna de madrugar y, concretamente, sobre el tan manido dicho de «A quien madruga, Dios le ayuda».

¿Necesalio sel? —que diría nuestro querido sabio Confundio (recordemos que a él no le gustaba madrugar).

¿No sería mejor apagar todas las alarmas y dejar que el cuerpo despierte tras haber descansado lo suficiente?

Y, el argumento definitivo: los animales no usan despertador. Tampoco piden ayuda a Dios. Se las arreglan por sí solos.

¿Qué opináis al respecto? ¿Sois animales nocturnos o madrugadores sin remedio?

Extensiones al dicho

Para aquellos que seáis muy curiosos, os damos expresiones adicionales y algunas variantes del refrán original:

  • A quien madruga, Dios le ayuda, si se levanta con buen pie.
  • Al que madruga, Dios le ayuda, si se levanta con buen fin.
  • A quien madruga, Dios le ayudaUno que madrugó un duró se encontró; pero más madrugó el que lo perdió.
  • A quien madruga, Dios le ayudaUn costal encontró el que madrugó; pero más madrugó el que lo perdió.
  • Más hace el que Dios ayuda que el que mucho madruga.
  • Más vale a quien Dios ayuda que quien mucho madruga.

Saludos comiendo hormiga que no madruga en árbol.

Créditos:

Refranero del Centro Virtual Cervantes.